
Este año ha sido un tiempo en que he visto la bondad y
protección de Dios con mi auto. Venía de visitar un familiar y ya casi llegando
a un semáforo, en la entrada de la ciudad con mucho tráfico, al auto le subió
tanto la temperatura que tuve que detenerlo.
Abrí la parte de adelante y miré, no se “nada” de
mecánica ni electricidad solo sabía que el ventilador no estaba funcionando. Traté de buscar ayuda con una persona que
estaba allí, ella no podía venir pero me dijo que conectara unos cables.