Reflexión Cristiana por Mery Bracho. Cuando las Apariencias te Engañan.

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Reflexión Cristiana por Mery Bracho. Cuando las Apariencias te Engañan.


¿Te ha pasado que has visto algo y empiezas a pensar en tenerlo tú pero luego no es lo que pensabas? La apariencia te engañó.

La casa que deseaba tener.

Cuando iba a comprar mi casa hace mucho tiempo atrás, me gustó fue la que estaba al lado y no la que me estaban vendiendo.

La casa que pude comprar.

Compré la que ofertaban pero siempre tenía en mi mente que la de al lado era mejor. Seis meses después también vendieron esa casa y lamenté el no haberla comprado yo.

La verdadera realidad de la casa de mis sueños.

Hasta que un día mi vecina me invitó a entrar a su casa y ví lo que desde afuera no se veía.

Las paredes de la casa eran de cemento y por encima de la pintura se podía ver la humedad en la mitad de la pared. No habían encontrado la manera de vencer la humedad.

Mi casa que no se veía tan linda como la de mi vecina, aunque estaba al lado no tenía ese problema tan grave. Hasta ese día deseé tener la casa de mi vecina. 


Las apariencias engañan.

Cuando deseamos lo de otros por su apariencia no sabemos qué hay realmente en el fondo. Las apariencias engañan. 

Tal vez deseas tener la familia de alguien más, o el auto, o ¡el marido! jaja, no sé, por tu mente pueden pasar muchos deseos pero cuando miras más a fondo puedes ver que nada ni nadie es perfecto y que cada quien lleva sus situaciones y cargas particulares. 

Cómo mira Dios las cosas y las personas. La historia de un rey.

 
Dios sí puede ver más allá de las apariencias. Cuando buscaba un rey para su pueblo amado Israel, Dios le pidió a un profeta llamado Samuel que fuera a la casa de Isaí. Este tenía varios hijos, algunos de ellos soldados, altos y fornidos.

Samuel y el padre pensaron en la apariencia física pero Dios estaba pensando en el carácter, en el interior de una persona muy especial.

Cuando Dios le dijo a Samuel que ninguno de esos hombres era el que sería rey, Samuel le preguntó al padre de ellos que si no tenía otro hijo y como si fuera sin mucha importancia le dijo que sí, que por allá andaba David.

Y cuando trajeron a David, ese era el que Dios había escogido. Él era el adecuado, el que Dios lo escogió por su carácter y su devoción.

Dios se fija en lo más importante, lo que hay dentro. Él mismo dijo, "La gente se fija en las apariencias, pero Yo miro el corazón".


Mira también: El error de juzgar por las apariencias.

Sé agradecido por lo que tienes ahora.


Desear lo de los demás es también una forma inútil de pasar la vida cuando Dios quiere que seas agradecido por lo que tienes ahora.

Si en tus planes está tener algo mejor está bien pero que no sea anhelando lo de los demás. 


Dios sabe lo que necesitas así como sabía qué necesitaba el pueblo de Israel.

Vamos a analizar también otro problema que estaba implícito en este deseo de tener la otra casa.  La envidia en mi corazón.




La enfermedad de la envidia.  

La envidia es un sentimiento que te hace sentir desdichado por no tener lo que tiene otra persona. 

El querer tener lo que mi vecina tenía creó en mí cierta envidia porque cuando veía que tenían un mejor frente, mejor garaje, mejor fachada, deseaba que mi casa fuera así.  

Esto apagaba las ganas de agradecer a Dios por lo que ya tenía, mi propia casa.  No miraba lo mucho que me había ayudado a Dios a mejorarla.  No veía la mano de Dios obrando a mi alrededor.  

La envidia apaga el agradecimiento en tu corazón.  La envidia es como una enfermedad que te baja las defensas y te mantiene vulnerable. 


Seamos agradecidos por lo que Dios nos da.  


Podemos pensar en prosperar y tener una casa mejor, un mejor auto y  muchas bendiciones más pero con un corazón agradecido por lo que ya tenemos.  Cuando agradecemos no tenemos tiempo para quejarnos al pensar en lo que no hemos sido favorecidos aparentemente.

Ahora mismo deseo tener una mejor casa pero ya no tengo el problema que tenía el principio.  

Estoy orando y pidiendo a Dios que se haga su voluntad, que guíe mis pasos y esfuerzos hacia sus propósitos que son los mejores. Ojalá que también pongas delante de Dios todo lo que deseas. 

Pídele que examine tu corazón y si ve que hay algún rastro de envidia o si estás comparándote con otra persona ora para que sea quitado de tu vida.  Dios es fiel y es bueno.  Siempre quiere darnos esperanza y un buen futuro.  Mery Bracho 

Qué te parece si haces esta Oración Gracias Dios por todo lo que me das
y también puedes orar Gracias mi Dios por todo.

Mira también Jesús te ayuda a salir de tus problemas.




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Reflexión Cristiana por Mery Bracho acerca de las apariencias.  Si quieres ver más reflexiones mira las relacionadas en la parte de abajo. La cita bíblica usada es 1 Samuel 16:7. El mal de la envidia. Reflexiona y toma buenas decisiones. 
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